FE

"DIOS SE LO PAGUE", cuantas veces he escuchado esa frase sin inmutarme, hoy la comprendi, fue la primera que se me atraveso cuando juntaba la moneda de 100 pesos que aquella buena anciana me regalaba con las otras once.
Y alli, tuve mi oportunidad de elegir a donde quisiera ir porque pobre vergonzante que se respete, es honrado.
Mil doscientos, que numero tan grande cuando se pronuncia, pero cuan miserable cuando de invertir se trata en este pais.
Sin embargo tenia mi oportunidad, podia irme a cualquier lugar de esta ciudad, donde me diera la gana, !contaba con mil doscientos pesos!.

De repente salieron a mi encuentro centenares de rutas, mas que las existentes, queria ir a todos lados y a ninguno al mismo tiempo pues mi unico tesoro se perderia en la ordinaria y sucia caneca de monedas del conductor que recibiera mi paga.

Era tarde, el frio helaba mis manos y mi espiritu de aventurero se fue extinguiendo al paso que las tripas reclamaban su derecho a ser escuchadas, (desde mucho se habian ido a huelga por no ser tenidas en cuenta). Si esto fuera poco la asfixia que aveces me da cundo tengo emociones tan fuertes comenzo a joderme mi instante de placer, por fin luego de tener un dialogo sincero con mis penurias y llegar a un mutuo acuerdo, decidieron apoyar mi causa y viajar conmigo.

Bien lo diria Pascal, "nunca lo mucho costo tan poco"... ya habia levantado la mesa de negociacion con lo anterior y me disponia a decidir que latitud seria mi destino cuando note que aquellos recuadros solo tenian colores vistosos y signos borrosos, olvide de la emocion que era miope debia esforzarme mas para llegar a mi meta, preguntando se llega a Roma y preguntando decidi llegar a mi anhelado destino.

ALAMEDA ruta 4, BLANCO Y NEGRO ruta 1, PANCE ruta 10, ERMITA ruta 2N, COOMOEPAL ruta 1 fue la lista de candidatos dada para llevarme... cual seria digno de tan importante suceso?. De tanto pensar decidi que el azar debia ayudarme: el primero que pase.

Trate de pasar con mi mano aquel traje ya desgastado y sucio, fiel compañero de mi aventuras, preparandome para el tan esperado acontecimiento al tiempo que se me acercaba uno de mis colegas, otros dicen parceros (yo prefiero mantener mi estilo) le hable de mi gran sueño, darme el lujo de ir a cualquier rincon de esta ciudad. De repente su inmunda dentadura se vio en pleno con la risa burlesca que solto y sacando de uno de sus bolsillos una bolsa me dijo "Hermano, usted puede ir donde se le de la gana y no necesita de un bus, sabe lo que tengo aqui?, este es el mejor transporte que usted puede conseguir, y yo se que le consta".

De repente, todo mi anhelo se fua al piso y con gran ansiedad arrebate de su mano la bolsa. Saque dos, para eso me alcanzaba lo que tenia. El viaje fue... de pelicula, incomparable. Siempre sucede lo mismo cuando me hago el firme proposito de volver a casa con los mios y dejar esta vida de mendigo. El tesoro que consigo y el anhelo que alimento se van a la mierda.