Cuando llegue mi último suspiro
no quiero llanto alguno,
no desees morir por mi ausencia,
no me digas: "Adiós".
El viaje emprendido en ese instante
y el hoy contigo tiene algo en común:
la inmensa lejanía y el implacable frio.
Te seguiré desde lo eterno
y como hoy, jamás sabrás que siempre estuve allí
esperando por un milagro
que lleva tu nombre.
Abriose primero la puerta de los cielos
que la puerta de tu corazón
más en este instante no siento tristeza.
Cuando llegue tu último suspiro
y emprendas tu viaje
sabrás quién esperó toda su vida
y toda su eternidad por ti.
Saturday, May 24, 2008
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